BÁSICO-
ALIMENTACIÓN
Esto son unas normas básicas,
cada tortuga tiene su alimentación especifica y lo que es
bueno para unas no lo es para otras, por ello para no cometer
errores deberemos enterarnos de los requerimientos
nutricionales de cada especie, no es igual una sulcata que una
carbonaria...
En cautividad la alimentación dada a las tortugas terrestres
debe ser lo más natural posible.
Un fin interesante sería conseguir una autogestión
alimentaría. Bajo esta perspectiva, dos parámetros condicionan
este resultado: el acondicionamiento del terrario exterior así
como la densidad de animales cautivos.
Sobre el primer elemento, aconsejamos al criador seleccionar
el mayor número posible de especies vegetales para plantarlas
en el lugar. Las semillas están disponibles en la mayoría de
jardinerías. Las tortugas se beneficiaran diariamente de esta
manera de diente de león, alfalfa, trébol, etc. Que serán
comidas a placer por los animales.
Si la vegetación es abundante no serán necesarios aportes extras
de alimento. No obstante podemos dar a nuestros animales de
vez en cuando un trozo de melón, manzana... Por otro lado una
concentración de animales importante lleva a un rápido
deterioro de la flora natural y no permite llevar a buen fin
una correcta autogestión alimentaría. Es entonces cuando el
criador deberá aportar cada día la alimentación complementaria
necesaria.
Para las tortugas tropicales criadas en terrarios interiores,
el aporte diario es indispensable. Los principales alimentos a
distribuir de forma preponderante son los siguientes: hojas y
flores de diente de león, endivias, lechuga romana, alfalfa,
hojas y flores de trébol, col (mejor hojas verdes), espinacas,
kiwi, mango, papaya, higos frescos, naranja, ramas de apio,
acelgas, hojas de brócoli (evitar las flores), hojas de nabo,
hojas y flores de Hibiscus, hojas de morera, palas de chumbera
(limpias de espinas, evidentemente) plantas crasas y hojas de
remolacha.
Atención: todos estos alimentos ricos en calcio no favorecen
un crecimiento óptimo y una buena calcificación del caparazón
si las tortugas no pueden disfrutar de la exposición a los
rayos ultravioletas del sol o de los tubos luminosos
especiales para reptiles con un amplio espectro UVB.
Estos rayos les permiten sintetizar la vitamina D3,
indispensable en la absorción intestinal del calcio.
Resumiendo:
Para las tortugas terrestres, la base de su alimentación debe
ser los alimentos mas próximos a los que una tortuga salvaje
consumiría en su biotopo original (llantén, cerraja, diente de
león, trébol). Teniendo en cuenta las exigencias alimentarías
de cada especie para establecer la base de la alimentación.
Las tortugas herbívoras deben comer a diario exceptuando el
periodo en que su metabolismo se ralentiza.
Una alimentación exclusivamente a base de ensalada verde,
tomate, y zanahoria expone a las tortugas a graves carencias
cálcicas, sobre todo en periodos de crecimiento Por tanto
estos alimentos se distribuirán con prudencia. No dar nunca
pienso para perros o gatos, pan mojado en leche, queso, pasta,
golosinas, carne o huevos duros a una tortuga herbívora. Hay
que evitar una alimentación demasiado rica y mantener el
espíritu de la naturaleza, la mayor parte de las tortugas se
nutren de forraje y vegetales que tienen un bajo valor
energético.
Es peligroso e inútil enriquecer las raciones con complementos
mineralo-vitamínicos (Riesgo de hipervitaminosis A y D3)
cuando la alimentación es suficientemente equilibrada, sobre
todo si las tortugas toman diariamente rayos ultravioleta
naturales o artificialmente.
Asegurarse de no dar nunca vegetales tratados con herbicidas o
pesticidas.
Una tortuga mal alimentada en cautividad es una tortuga débil.
Alimentación de tortugas herbívoras.
Normas generales:
Para que una tortuga se desarrolle de manera correcta es
necesario ofrecerle una alimentación adecuada. Los mejores
alimentos para las tortugas herbívoras son aquellos que
contienen como mínimo el doble de calcio que de fósforo. La
explicación a este punto esta en que el fósforo impide una
correcta absorción del calcio, por lo que aunque demos a las
tortugas alimentos con una alta cantidad de calcio ellas no
pueden asimilarlo si las concentraciones de fósforo son
también altas.
Los vegetales con mejores ratios de calcio/fósforo y más
indicados para la dieta de las tortugas son el diente de león,
la escarola, la endibia, la hoja de mostaza, las acelgas, los
canónigos, las espinacas, las coles de Bruselas y la
achicoria. Hay que tener cuidado en no abusar de alguno de
estos alimentos por su alto contenido en ácido oxálico Estos
vegetales no siempre es fácil encontrarlos frescos, por lo que
se pueden comprar sus semillas en tiendas de jardinería y
cultivarlos durante todo el año.
En aquellos casos que haya dificultad en conseguir alimentos
frescos, puede ser interesante acostumbrar a las tortugas a
que coman piensos especiales. Estos piensos están elaborados a
partir de alfalfa y otros vegetales liofilizados y desecados a
los que añaden todas las vitaminas y minerales necesarios para
su correcto crecimiento. El pienso se debe dar humedecido y,
como suelen tardar en aceptarlo, se puede mezclar con los
vegetales mencionados. Poco a poco, se puede ir incrementando
la cantidad de pienso hasta que lo acepten con normalidad.
Aparte de estos alimentos mencionados (que tienen en general
entre el cuádruple y el triple de calcio que de fósforo)
existen otros que son muy bien aceptados por las tortugas
porque para alguna constituyen parte de su dieta cuando se
encuentran en libertad.
Los ratios de estos alimentos están en tomo al doble de calcio
que de fósforo y son la hoja de parra, las flores y hojas de
hibiscus, la morera y el trébol.
También se puede incorporar algo de fruta a la dieta de
algunas tortugas, pero con moderación. A otras no se les debe
de dar nunca, esto se debe a que la fruta contiene gran
cantidad de agua y azúcares y puede provocar diarreas o que el
animal engorde demasiado. El azúcar crea reservas energéticas
"extra" en las tortugas, por lo que puede que su carne crezca
y engorde rápidamente, mientras que el caparazón crece a un
ritmo más lento. Esto provoca grandes problemas de movilidad a
las tortugas y puede incluso provocar enfermedades. Otro
problema es que las tortugas pueden acostumbrarse al sabor
dulce de la fruta y rechazar luego otro tipo de alimentos más
nutritivos. Lo mejor es ofrecer frutas con poco agua (evitar
la sandía, las ciruelas o el melón que provocan diarreas) y
ofrecerla sólo de vez en cuando. Las más recomendables son la
manzana rallada (eliminando siempre las pepitas), los higos,
la pera... En general se puede ofrecer cualquier tipo de fruta
siempre que sea con moderación y como suplemento, ya que la
base de la dieta debe ser el pienso y grupo de vegetales de
hoja verde con ratios calcio/fósforo superiores a 2/1. No
debemos asustarnos si algunas tortugas se comen pequeños
caracoles o babosas. A veces incorporan estos animales a su
dieta, sobre todo los ejemplares juveniles.
Alimentos peculiares:
Algunos alimentos pueden resultar tóxicos para las tortugas y
otros nos pueden ayudar a prevenir enfermedades o en
determinadas épocas.
Berenjena: contiene una alta concentración de
celulosa, que actúa como absorbente y puede provocar tapones
intestinales. No se debe administrar.
Patata, boniato, batata, y otros tubérculos:
contienen almidón, que actúa igual que la celulosa. Es mejor
no administrarlos (ni sus hojas ni los tubérculos). Hay una
excepción, si tenemos una tortuga con una diarrea muy fuerte
por haber comido hierbas silvestres indigestas u otros motivos
podemos administrar una patata o zanahoria hervida y manzana
rallada que nos ayudará a estreñirla.
Perejil: aunque tiene un ratio de calcio/fósforo
muy adecuado para las tortugas, actúa como vasodilatador
(altera el flujo sanguíneo y puede provocar hemorragias
internas).
Lechuga: es habitual que muchas tortugas mueran
si las alimenta sólo con lechuga y tomate. Hay quién sólo les
ofrece esto porque es la única verdura que tiene en su nevera,
pero no cubre sus necesidades de calcio, vitaminas y
nutrientes. Sin embargo, eso no quiere decir que sea un
alimento nocivo para las tortugas, sino que no es suficiente y
hay que combinarlo con otros. La lechuga es uno de los
vegetales con mayor cantidad de vitamina E. Esta vitamina
regula el funcionamiento de las mucosas y es muy importante su
labor en las mucosas respiratorias y genitales. Por ello, es
un buen complemento de la dieta de las tortugas hembras
durante la reproducción (actúa aumentando la fertilidad) y
para las tortugas propensas a infecciones respiratorias (si se
administra a graecas o horsfieldi recién salidas de la
hibernación previene problemas respiratorios porque regula las
mucosas respiratorias). Las hembras que han tenido crías con
deformidades (la más común es babys con un solo ojo) o cuyos
huevos no llegan a término es mejor no reproducirlas. Sin
embargo, ante la posibilidad de que realicen puestas de huevos
hasta tres años después de la última monta es conveniente
ofrecer en época de cria alimentos ricos en vitamina E
(lechuga, canónigos y diente de león, por ejemplo).
En casos extremos se puede dar este suplemento en forma de
fármaco con medicamentos tipo Auxina A+E (la absorción de
vitamina E es más completa si se combina con vitamina A),
aunque siempre es mejor probar primero con métodos naturales.
Tomate y manzana: Son muy ricos en vitamina C,
actúan como reconstituyentes (aceleran los procesos
enzimáticos) después de enfermedades o periodos de debilidad.
Son especialmente beneficiosos en casos de complicaciones
respiratorias. Pero deben administrarse frescos, pierden
rápido sus propiedades una vez se trocean (se oxidan).
Soja: es muy rica
en "proteína vegetal", por eso la consumen mucho los
vegetarianos para compensar su carencia de proteínas de origen
animal. No se debe administrar a las tortugas herbívoras y
mucho menos a las babys o las especies que se alimentan casi
exclusivamente de pasto y hierba (como las sulcatas), ya que
puede provocar deformidades en el caparazón.
Papaya: es uno de
los alimentos que tiene un mejor ratio calcio/fósforo (entorno
a 7/1), pero no se debe administrar normalmente porque
contiene una gran cantidad de azúcar. Es útil en época de
cría, porque su alto contenido en calcio ayuda a la correcta
formación de los huevos. Se puede emplear como sustituto de
los suplementos de calcio, pero nunca ofrezcas ambos
combinados. Demasiado calcio puede provocar problemas óseos o
la creación de huevos demasiado duros de los que las crías
tendrán dificultad para salir.
Kiwi: provoca
diarrea y no se debe administrar salvo para tratar
intoxicaciones o tapones intestinales. Si nuestra tortuga ha
ingerido alimentos tóxicos (adelfa, jazmín, jacinto, belladona
y cola de caballo, por ejemplo) debemos administrar un
laxante que ayude a que la tortuga defeque el alimento tóxico
lo antes posible y que no le de tiempo a absorber sus toxinas
a través de las paredes intestinales y estomacales.
Lo mismo sucede si ha ingerido un cuerpo extraño (piedras
absorbentes para gatos, gravilla...).
En casos leves se puede administrar una rodaja de kiwi, que
ayudará a defecar a la tortuga, o si esto no es suficiente se
puede introducir con ayuda de una jeringa o un cuentagotas un
chorrito de aceite de oliva por la garganta de la tortuga. Hay
que repetir la operación todos los días hasta que elimine el
cuerpo extraño y comprobarlo mediante una visita veterinaria
para realizar radiografías.
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